La marca que hice en la pared, marcando tu altura, ha subido diez centímetros. La expresión de inteligencia en tus ojos ha subido mucho más. Te has dulcificado, eres más segura, eres una guerrillera…, has tenido que conquistar tu sitio.

 

Eras desenvuelta a los cuatro, a los cinco, el mundo ya es tuyo.

 

Llenas tus bolsillos de piedras de la calle, de piedras gordas. En tus piernas siempre luce algún moratón. Sigues devorando pepinillos, aceitunas, cebolletas: emociones fuertes.

 

Tu temperamento, tu pelo y tu piel, tu mirada, todo, hasta el novio que te has echado en tierra extraña, tu Juan, es claramente español. Aquí siempre te espera tu sitio.

 

Eres nuestra princesa, pero nuestra princesa que resuelve sus problemas, que no espera un príncipe que la rescate, que, si hace falta, rescata al príncipe, que no quiere caminar un paso detrás, que sabe de su poder sobre el principado.

 

Pasito a pasito, Ewy, te has hecho con nosotros.


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