Las tardes de domingo son para pensar, para ponerse triste, para recordar, para escribir sandeces, a no ser que sustituyas todo esto por hacer un chocolate y tomártelo con bizcochos, pero no tengo chocolate…
Me ha dado por pensar en todo lo mezquino que me rodea y me ahoga. Mezquino es una palabra fea y difícil de pronunciar. A la RAE le he preguntado y la RAE me dice esto:
mezquino, na.
(Del ár. hisp. miskín, este del ár. clás. miskīn, este del arameo miskēn[ā], y este del acadio muškēnu[m], súbdito de palacio)
1. Que escatima excesivamente en el gasto.
2. Falto de nobleza de espíritu.
3. Pequeño, diminuto.
4. Pobre, necesitado, falto de lo necesario.
5. Desdichado, desgraciado, infeliz.
6. En la Edad Media, siervo de la gleba, de origen español, a diferencia del exarico, que era de origen moro.
Muchas acepciones, pero todas confluyen en la última: el mezquino es un siervo de su misma pequeñez, de su pobreza de espíritu, de su falta de nobleza, de su estrechez de miras, de su tacañería, de su desconfianza, de su desgracia…
El mezquino se encierra en su casita, en su mundito, en su negocito, en su entornito…Todo en él es pequeño y hasta el mismo físico le va encogiendo con los años y se va ajustando a la pequeñez de su espíritu para terminar enterrándose en su agujerito…