Ya están aquí las castañas. Anuncian la navidad. Adoro las castañas, pero, la verdad, unas se pelan y otras no y eso no facilita las cosas. Muchas propiedades, tienen infinidad de propiedades para la salud. Arropaditas por un higo seco nos dan el turrón de pobre que anda que no ha solucionado muchas navidades de postguerra… Y, además, están ahí, en el campo, tiradas en el suelo, esperando que alguien las recoja y, si puede, les dé un poquito de calor en su lumbre…
Y, fíjate, lo que da de si la palabra:
castaña: fruto del castaño, muy nutritivo y sabroso, cubierto de una cáscara gruesa y correosa de color pardo oscuro.
castaña: en mi pueblo, recipiente de cristal, forrado de cañizo, para protegerla, de forma semejante a la de la castaña, y que se empleaba para contener vino
castaña: bofetada, cachetazo.
castaña: golpe, trompazo, choque de coches.
castaña: borrachera.
castaña o castañeta: especie de moño que con el pelo se hacen las mujeres en la parte posterior de la cabeza.
castaña: persona o cosa aburrida o fastidiosa. A esto se le añade pilonga y queda de cine.
Palabra, pluriempleada como pocas, que merece, como muchas, una pequeña reflexión…