Algunas frases pueblerinas, en el mejor sentido del adjetivo, que acompañaron mi infancia y la llenaron de expresividad y que, por supuesto, hoy están agonizando en las bocas de algunas abuelas.
A cojón visto, macho seguro: necesita poca explicación.
Anda que te pinchen ratas: se le dice a alguien que ha tenido mucha suerte y tiene una situación en su vida estable y segura.
Agarrarse una oreja y no alcanzarse la otra: pasar por momentos de apuros serios.
Estar con el culo tocando a cabildo: estar todo el día de la ceca a la meca, sin parar un punto en casa.
La mejor mula sin manta: se aplica cuando se ha quedado alguien sin algo que le correspondía.
Llevarse un mico: llevarse un chasco.
No ahogarse en chico charco: ser un desahogado, no apurarse por nada.
Para un turbio correr: se dice cuando se termina un trabajo o tarea del que no se está muy satisfecho.
Pasar y no higos: pasar calamidades, penurias
Peso y medía quitan porfía: para cortar conversaciones baldías sobre algo especulando alrededor de cuánto pesa o cuánto mide.
Ponerse en pien pa él: una deformación fonética de “poner pie en pared”
Ser un hombre/mujer de poco fleco: ser una persona con poco prestigio, poca personalidad, poca fuerza.
Venir como la manotá la tonta: llegar algo muy a tiempo para salvar alguna dificultad.