Son redes, tanto por como se extienden, como por como te atrapan. Entras en ellas y ya difícilmente sales. Necesidad de saber, necesidad de opinar, necesidad de que te escuchen, necesidad de sentirte ingenioso, necesidad de acumular amigos falsos, necesidad de cotillear, necesidad de demostrar que estás a la última, puro exhibicionismo. En definitiva, cubren necesidades del ser humano que habitan en él desde el principio de los tiempos, pero que encuentran, en las redes sociales, una nueva vía para satisfacerlas.
Pero, aunque cada una de ellas se llame red, son muy distintas. Facebook está para filosofar, para hacer alardes, para reunir amigos, para hacerlos nuevos, para reivindicar, para entretener; en cambio Twitter está, en buena medida, para sacar lo peor de ti que, por otra parte, los convencionalismos sociales te impiden mostrar (le hubiera encantado a Freud). Twitter está para, muchas veces, desde las sombras, insultar, espiar y decirle a los demás lo chulo e ingenioso que es uno. Tiene, por supuesto, la otra cara, que es la utilizada para la información a velocidad de la luz, la que une, la que soluciona, la que abre mundos, esa es su grandeza…
¿Cómo evolucionará esta trayectoria? Muchas teorías al respecto. Incógnitas, todas. I think…