Enchorrilá: hacía alusión a cuando dos o mas puertas, o ventanas establecían una corriente de aire, se decía que estaban enchorrilás.
Endilgar: atribuir algo a alguien era endilgárselo, en un sentido peyorativo, o también encomendarle una tarea que no quería llevar a cabo, porque era desagradable.
Engañifa: engaño o estafa.
Engurruñao: encogido, deslucido, poco vistoso.
Enjaretar: emprender una tarea o trabajo.
Enrraberar: ponerse en disposición de hacer algo, de emprender una tarea. Frase frecuente: «son ya las nueve y todavía no he enrraverao.
Ensiste: claramente debe venir del verbo insistir. Se utilizaba cuando alguien, sobre todo un niño, te «mareaba» un poco con algún juego o cuestión repetitiva. Se decía «ya estás con el ensiste».
Ensobacao: aspecto que se mostraba cuando una prenda de vestir era estrecha y parecía subirse hasta los sobacos.
Entalamar: realizar alguna tarea manual con habilidad, rapidez y pocas cosas.
Entrequedente: guerrero, removido, exigente, tiquismiquis. Ser o estar entrequedente. Hay una diferencia. Estar, como siempre, es transitorio, y se achaca a los niños. Ser entrequedente es más de adultos y forma parte de tu personalidad.
Escachifollar: romperse de forma aparatosa y escandalosa.
Escacío: esmirriado, deslucido, extremadamente flaco, famélico.
Escagarruciarse: irse de vareta, hacerse caca.
Escuerzo: escacío.
Esjualdramillar: como escachifollar, pero aplicado a las personas, romperse mil cosas en una caída.