Pronunciar las palatales da mucho gusto porque siempre parece que se saborean, que se degustan las palabras, implica cierto juego y divertimento. El mejor ejemplo chupa-chup.
Chambergo: prenda de abrigo indefinible, quizás vieja y poco adaptada al cuerpo.
Chambra: blusilla muy ligera que se usaba para dormir.
Chapatal: charco con barrillo un poco sucio.
Charrabís: con chis, y se cierra algo simbólicamente a cal y canto.
Charro: se refiere a algo, normalmente prenda de vestir, que ostenta muchos colores y muy vivos.
Chaveta: uno de los innumerables nombres que se dan a cabeza.
Chicharrazo: golpe muy fuerte que te propina otro en la cabeza.
Chichiribaile: persona de poca enjundia, de poca apariencia física.
Chichirigaña: herida que te haces en la cabeza o la cara.