Lo dice la foto. Esa mirada de chaval sensato, que, aún con la sombra de la adolescencia, sigue siendo limpia. No parece que la mentira tenga un espacio en ti después de quince años de aprendizaje.
Cómodo entre los números, porque intuyes, o quizás ya sabes, que los números no engañan, siempre dicen y encuentran la verdad, al contrario que las palabras, que, aunque puedan trasladarnos tanta belleza, muchas veces, más de las que nos gustaría, nos llevan al engaño, al desengaño, a la tristeza…
Generoso, noble, sincero, muy inteligente, introvertido (va parejo con ser inteligente; la extroversión raramente lleva a la reflexión y al cultivo de la inteligencia)
Todo esto aclarando que soy tu abuela, pero una abuela que es y ha sido como tú, transparente, cómoda ante el cristal y confortable entre el blanco (la mía ya no puede ayudarme)
Me pregunto cuántos años más podré seguir echándote flores. Por que siempre serán flores, no creo ya que tu camino se desvíe y necesite reprimendas. Estás aquí para lo bueno, y, aunque tengas que convivir con la Inteligencia Artificial, la tuya siempre estará por encima, porque la tuya irá unida a la nobleza de corazón y a la generosidad.
Felices quince