Tristeza. Desamparo. Distancia. Incertidumbre. Miedo. Esperanza. Generosidad. Recuerdos…

Y en esos recuerdos, EL RELATO DE TU VIDA. Un relato que, en alguna ocasión, algunos, por distintas razones, han querido y quieren cambiar. Pero tú te lo sabes bien, tan perfectamente como aquellos primeros cuentos que te contó tu abuelo favorito, favorito para contar cuentos, porque había otros y otras, favoritas para otras cosas.

Dicen que cuando vas a morir te pasa por el pensamiento rápidamente tu vida. En esta amenaza de muerte como es lenta, tu vida también se desliza lentamente por tu cabeza.

Y vas recordando, y sabes muy bien como se ha desarrollado, y vuelves al presente y ves como gente, gente cercana, quiere cambiarte ese relato, por qué, no sé, puede que porque le moleste lo algo de brillante del relato, por manipular sentimientos que te afectan, por falsa protección a implicados…

Lo cierto es que tú tienes dos opciones: poner las cosas claras o callar por evitar otros males. Y callas, siempre callas, porque al lado de tu tristeza prefieres otras felicidades.

Maldito virus que te hace resucitar lo bueno y lo malo, pero sobre todo lo malo que te rodeó y que te rodea…


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