Un día es una vida entera:
Naces al alba, vas creciendo lentamente durante el desarrollo de la mañana; alcanzas la plenitud de tu madurez al mediodía, donde tus fuerzas son todas; a media tarde vas sintiendo que declinas suavemente, que la energía te abandona, que la luz va despareciendo. Ya sabes que ha llegado la hora de vestirte para dormir, de poner a mano aquello que puedas necesitar, te invade la angustia de cerrar los ojos sin saber si volverán a abrirse. Oscuridad absoluta, horizontalidad, ruidos sospechosos. Es el final del día, pero tú siempre te duermes esperando la resurrección…