Siete número cabalístico, mágico, eterno, místico… Desde la antigüedad, este dígito encerró un halo de misterio. Para Pitágoras era “el número perfecto”
Álvaro, porque lo que no se escribe no ha pasado, quiero dejarte escrita mi felicitación, otro año y otro año, hasta que los años me dejen.
El día en que lo importante sea el futuro y no el presente no lo tienes lejos, pero, en la medida de lo posible, haz que sea el presente lo más importante.
Creces con tanta fuerza que deslumbras. Tu capacidad de aprender es el mayor síntoma de tu grado de inteligencia que es muy alto.
No quieres perder, no quieres equivocarte, pero no olvides que equivocarse lo hace uno treinta veces cada día y que lo verdaderamente importante es, al día siguiente, volver a errar en otras treinta, pero distintas.
He leído por ahí que, en la adolescencia, lo escrito en tu cerebro con mucho trabajo, por los que te quieren, para que tú actúes en la vida, se borra y se sobrescriben en él otros modelos, otros caminos, otras influencias. Yo espero que, este proceso, en ti sea leve, sea lo imprescindible, porque hasta ahora tu carácter, tus valores, son de ley.
Felicidades