Frase que repetía a menudo mi madre al referirse a alguien. A mí me parecía algo estupendo porque ser catedral era algo grandioso, y si no mira las catedrales, no hay nada más estremecedor que contemplar una. Entonces yo decidí que quería ser catedral, aunque por fuera pareciese una humilde ermita.
He necesitado unos años para comprender que no, que quiero ser ermita y parecer ermita, y que me rodeen muchas ermitas que parezcan eso mismo, porque lo que mi madre quería transmitirme con esto es la imagen misma de la HIPOCRESÍA, de las apariencias, de lo turbio y lo desleal, y todo esto más vale tenerlo lejos.