Siempre he pensado que agosto es un mes para escuchar. Escuchar a tus amigos que se repiten y se repiten, pero no te importa, para eso son amigos; escuchar a tus hijos, siempre que te quieran contar algo, claro; escuchar a tus nietos que siempre te quieren contar algo; escuchar a tus vecinos que te hablan del maldito calor; escucharte a ti mismo para no hacerte caso y, como no, es mes propicio para escuchar, entre calor y siestas la tele, la radio y no dar crédito a lo que oyes:
Periodista de Telecinco, La Noria: «él no se amilanta», referido a cualquier fulano. Esta señora se supone que mezcla amilanarse y achantarse y ahí está el invento. Ella sigue atropellando la lengua al menor descuido. Fue un buen precursor Jesús Gil, como no recordar lo de ostentóreo…
Reportero que conecta con su cadena y suelta: «aquí estoy, apostillado cerca de la casa de…», da igual quien.
El number one del momento, Jorge Javier Vázquez, filólogo para más inri, refiriéndose a una conversación que había tenido con alguien y a la que calificaba de «conversación escarpada», ¿sería escabrosa? Seguro. Escabroso es todo lo que le rodea.
Aquello de «preveyendo» ya no tiene nombre, salta en cualquier tertulia de ilustres periodistas y escritores.
Un hombre del tiempo de Onda Cero dice: «las mareas están muy vivas y eso es sintonía de…» ¿sería síntoma?
Comentarista taurino de la televisión digital que recalca una y otra vez: «el toro tiene un par de lernas«, en alusión a los cuernos que quiere comparar con las leznas.
Expresiones como «departiendo conversación». No quiero poner todas, me duelen, me falta espacio y me sobra material.
El mes de agosto que viene me dedicaré a hablar, ¡pa lo que hay que oír!