Te lo cuentan apenas entiendes, vas creciendo con él y cuando te das cuenta, y reflexionas someramente, comprendes que en tu vida siempre estás rodeado de los siete enanitos, pero es en un viaje organizado donde te acabas de dar cuenta total de eso, porque la convivencia es mucho más intensa, más cercana. En tu grupo organizado están los siete: El Sabio. Siempre pregunta al guía o mejor dicho da datos en forma de pregunta para que todo el mundo sepa lo que sabe y lo viajado que está. El Bonachón, es alegre, todo el tiempo ríe y no ve problemas alrededor. Nuestro Dormilón siempre hace esperar al grupo y se pasa el día somnoliento deseando volver al hotel. Mocoso, todos los virus del país los coge, los demás le cuidan y le escuchan resignadamente, incluso le damos nuestras aspirinas. Al Tímido todos le queremos porque apenas habla y no da el coñazo a diferencia de Sabio. Ahí tenemos a Gruñón, por todo protesta, la comida, el tiempo, el hotel… Podríamos decir que es el malo, pero no, que va, a la menor ocasión surge su corazón de oro y brilla ante el grupo. Y Tontín, mezcla de Tímido y Bonachón, es el más joven y tampoco nos falta nunca. Adorna el grupo.
Tú, naturalmente, que eres Blancanieves, terminas de los enanitos hasta la peineta, pero piensas que esto debe ser así, que ese es el cuento, que debe cumplirse, y que eres la más bella, lejos ya la reina mala y perversa que nunca va a faltar en tu cuento.
13 de enero de 2011 a las 20:29
Gracias, amiga, por el bonito mensaje que has plasmado en el libro de mi «viejo desván». Aprovecho que te devuelvo la visita para darte la enhorabuena por tu blog. Abrazos.
18 de abril de 2011 a las 14:54
Gracias, amiga, por el bonito mensaje que has plasmado en el libro de mi “viejo desván”. Aprovecho que te devuelvo la visita para darte la enhorabuena por tu blog. Abrazos.
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