Zaborro: persona torpe y lenta en aprender; sobre todo se empleaba en el lenguaje escolar.
Zacanera: siempre empleada en femenino porque alude a una mujer desaseada, desastrosa, cosa que en los hombres no estaba tan mal vista. Clarísimamente viene de azacán que se refiere a persona que se ocupa en trabajos humildes y penosos.
Zamuérgano: vago, holgazán de poco provecho.
Zamujón: es dicho de una persona vergonzosa, retraída o poco habladora.
Zaque: se refiere a una prenda de vestir que se ha quedado demasiado holgada y grandota. Su origen es «cuero con el que se saca agua de los pozos» y que por este uso estaría dado de si.
Zaragüelles: planta que genera como especie de espiguillas colgantes que se nos quedaban pegadas a la ropa.
Zarapíndola: tremenda paliza que se le propinaba a alguien.
Zararía: se le llamaba a la gallina de plumaje colorado, por extensión se le aplicaba a los pelirrojos.
Zolocho: aunque la RAE lo define como simple, mentecato, aturdido o poco expedito, en mi pueblo, un zolocho era una mujer poco honesta, callejera y falta de virtud.
Zoquete: torpe, falto de entendederas, lento de reflejos, en definitiva, un poco tonto. Tenía otra acepción que era referida al gran tamaño del trozo de pan que te comías: zoquete de pan.
Zumía: adjetivo, casi siempre, referido a la boca cuando esta era apenas perceptible por estar formada por labios excesivamente delgados y estar un poco hundida en la cara. Debe estar relacionada con la palabra sumidero
Zurriagas: plantas consistentes y flexibles
Zurríagazo: latigazo, golpe seco y fuerte
Zurrío: sinónimo del anterior, golpazo. Se debió acuñar para abreviar.