Añadimos palabrejas al diccionario:
Charamasca: nosotros lo utilizamos referido a una persona cuya opinión tiene poco crédito, de personalidad inestable, y cambiante.
Chilostra: cabeza. Se empleaba, fundamentalmente, para decir que te duele.
Chinchorrero: pendenciero, juerguista.
Chiquilicuatre: referido a personas sin mucha enjundia, tanto mental como física.
Chirlata: prácticamente, sinónimo de chiquilicuatre.
Chispero: agujerillo muy pequeño en una tela. Se supone que porque se había hecho con una chispa.
Chivitil: es para referirse a una habitación o casita muy pequeña. Es despreciativo porque es el lugar donde se recogían los chivos.
Chola: cabeza, pero en este caso se usaba en expresiones como «no me sale de la chola».
Chorcha: mierda, cagada, generalmente de vacas o mulas.
Chuchurrío: con mal aspecto, arrugado, lacio…
Churlente: aplicado exclusivamente a la mierda cuando tiene un aspecto casi líquido.
21 de junio de 2016 a las 14:41
Churlente. Se aplicaba al barro cuando jugabamos y lo dejabamos muy líquido.
«… que no se quede tan churlente que luego se nos escapa entre los dedos!»
Provincia de Toledo, años 1955-58
22 de junio de 2016 a las 18:15
Efectivamente, Miguel Ángel, también yo la he usado con ese significado.