Cierto, está de moda y más que lo va a estar. Llenan nuestras calles, nuestros parques, nuestras consultas médicas: viejecita en silla de ruedas y rumana joven y altiva, viejecito un poco babeante y sudamericana redondita y alegre, más viejecitos con morita, otra rumanita y caribeñas variadas, llenas de alegría y cariño. Nos traen lo que nos falta, la compañía, los cuidados, y recogen lo que nos sobra, lo de menos valor, y la pareja dura hasta que la muerte los separa. Según pintan los tiempos más tarde o más temprano vamos a ser parte de esa pareja. Lástima que sólo vamos a experimentar una parte, estaría muy bien que todos pasáramos, aunque fuera poco tiempo, por la otra.


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