Los versos nacen, absolutos, de la ausencia
de la soledad que vomita letras
en busca de compañía.
El vacío de lo oscuro es un poema
en si mismo.
En instantes que no dejan
mas que un rastro de luz.
Este poema no es una fila de versos,
es un abismo,
una puerta a la nada.
Un ateísmo absoluto al color.
Porque al principio y al final
todo vuelve a ser oscuro.
Como la ausencia,
como la nada,
Como el todo.
Teresa Martín Gómez