Sep

12

Traiciones

Tantas veces te has visto traicionada que cuesta echar la vista atrás y ver donde empezó aquello. Pero hay que hacerlo. Y remontarte te lleva a tus más tiernos recuerdos, a los más dulces.

 

Las primeras traiciones vienen de tu madre, de tu padre. Ellos son tu universo, más allá de ellos, cuando tienes tres años, cuatro…, te parece que no hay nada, que se acaba el mundo. Son tu norte, tu guía, tu infinita seguridad…

 

Pero un día, de pronto, ves que, aquella pequeñita confidencia sobre algo íntimo, de tu colegio, de tus amigos, que tú haces a tu padre, a tu madre, de pronto, ellos, con mucho orgullo, sin duda, la cuentan en tu presencia, a sus amigos, a sus familiares, a sus vecinos, alardeando de hijo listo, sensible, gracioso…, sin darse cuenta que te dejan con el “culo al aire”, en evidencia, traicionado…

 

Cinco años, tenía yo, cuando me pasó aquello y, pasando la vida, te das cuenta de que esa dulce y amorosa traición marca el momento en el que empiezas a recogerte en ti mismo, el momento en el que desconfías, que culminará en la adolescencia, bien encerrado en tu torre, a salvo de hasta los que más te quieren.


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