img_38722Por si no me preguntan lo quiero dejar dicho:

Este es el tramo de mi vida en el que no quiero amarguras buscadas, ya vendrán solas. No me afectan las ideologías, como cuando joven, ni sus triunfos ni fracasos. No necesito el tormento de las religiones, y sus dioses, como cuando niña. Lejos de mí las intrigas amistosas. Nada de dar vueltas a la cabeza a dilemas irresolubles. Quiero que me quieran, que me lo demuestren y que me agradezcan lo bien hecho. Quiero sacar a flote los buenos recuerdos y enterrar definitivamente lo que me atormente. Quiero tranquilidad, cuando la busque,  y buenos alimentos, si es posible, de gourmet. Quiero, por supuesto, tardes de toros, viajes apacibles y a mis niños cerquita para que me miren como sólo ellos saben hacerlo. ¿Es mucho querer?


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