«Señalan la situación espacial o temporal del nombre al que determinan con respecto al hablante»
Esa es una de las definiciones que se pueden dar de ellos. Pero realmente se le podía añadir: la situación emocional, ideológica…, y alguna más.
Estaba oyendo esta mañana hablar a Felipe González y, no lo recordaba, pero bien es verdad que acostumbraba a hacerlo, se refería a la oposición como «estos». Decía: no pensarán estos que así lo arreglarán» y no podía haber en ese demostrativo que marca la proximidad o bien la distancia, tanto en el tiempo como en el espacio con relación al hablante, una mayor carga de desprecio, de superioridad, de lejanía, de muchas cosas y ninguna buena, pero sin duda, expresaba con sólo esa palabrita corta todo lo que algunos no saben decir ni con mil palabras. Es lo que tiene manejar la oratoria. Un simple pronombre describe una situación, un pensamiento, un reproche, una ideología de la que, bien es verdad, que nos pasa como con el demostrativo, ya no sabemos si lleva o no lleva tilde.


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