Ene

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Acoso

Me acuerdo como si fuera ayer, y es hoy cuando me viene a la mente al oír la sentencia que condena a un colegio por permitir, según el juez, el acoso a uno de sus alumnos.  Siempre ha habido acoso en la escuela, porque siempre ha habido y habrá abusones, descerebrados, prepotentes, o simplemente faltos de cariño. 

Hace aquellos cuantos años que había una niña fea como un demonio y mala como otro demonio que no me dejaba parar en la escuela, de forma gratuita, me pegaba, me torturaba y me hacía odioso el amanecer pensando que tenía que encontrármela, pero, para estos casos, no hay nada mejor que una buena abuela. La mía era lista además. Ella se hizo la encontradiza con aquella niña-demonio, cuidó que no la viera nadie y no sé que palabras mágicas le diría (aunque puede que me las figure), que aquella pesadilla desapareció de mi vida para siempre. Fue silencioso, barato y eficaz. Los jueces entonces no estaban tan a mano, aunque el sufrimiento de un niño es siempre el mismo.


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