Es un poema de Pilar para que los demás lo disfruten:

Necesito un amanecer
sin golpes bruscos,
una suave luz que me conduzca
de puntillas hasta el sol,
un día que baile el ritmo
de las mariposas,
que recorriendo néctares
colorean sus alas delicadas.

Necesito el púrpura-anaranjado
de un atardecer
que nunca alcance,
que sea un cielo insondable
de paisajes el que vea.

Necesito encontrar la puerta abierta,
cuando la noche llegue
sacarle brillo a las estrellas
y dormir acurrucado después
en la sonrisa de la luna.

Necesito que la luna tenga
regazo para todos,
que el alba se vuelva terciopelo
y el crepúsculo nos sorprenda
preparados para el sueño.
Pilar Rodríguez Fernández


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